martes, 23 de diciembre de 2008

Mi perro viejo Max



En mi casa hay un perro viejo, se llama Max, porque a los 10 años yo creía que ese era un excelente nombre propio. A los 15 descubrí que efectivamente Max era un increíble nombre propio cuando leí Demian de Herman Hesse, también descubrí que Max-el perro era un excelente compañero y que me hacia feliz y yo lo hacia feliz porque eramos jóvenes. El otro día me senté en mi cama y me puse hablar con él (lo perros boxer son increíblemente listos y hasta parece que lo entienden a uno) y me di cuenta que mi perro ya no es joven, le faltan muchos dientes, tiene la cara muy blanca (su color natural es café) problemas en los riñones, pero que sigue jugando como un niño, siendo inocente como un niño, y me gusta mi perro viejo, porque crecí con el y creció conmigo y es mi compañero.


A mi perro viejo que se llama Max, le gusta salir al jardín y tomar el sol en las tardes y cuando ya no hay sol se sienta y se pone a ver pasar a la gente durante horas, y tiene a sus favoritos, cuando viene Ramón mi perro es muy feliz porque Ramón juega con él, y cuando viene el señor José Carlos también es feliz porque le dice "cómo estás cabrón, ¿ya vas a tener cachorritos para que me regalen uno?" y creo que a Max le gusta eso y que lo acaricien y tener cachorritos aunque no entienda. Pero hay gente que mi perro no quiere, como el señor de la basura o al mecánico o al policía, o el Talachas y cuando vienen esos señores Max les ladra y no los deja pasar porque es un buen guardián y nos quiere proteger, y como es de una raza de esas que dan miedo, la gente no se acerca.


Mi perro es un gran perro y además tiene unas grandes orejas, porque nunca quisimos cortárselas, y es guapo y juguetón y se siente muy malo aunque es muy bueno. Mi perro duerme cerca de mi cuarto, y en las noches que me desvelo o que no tengo mucho sueño, lo escucho soñar, y ladra en sus sueños y hace unos sonidos muy raros y graciosos y se mueve como si estuviera despierto pero está tirado en el piso con su cobija toda llena de pelos y mugrosa porque a Max le gusta tirarse en la tierra y estar todo sucio.


Max es un perro que siempre está sucio porque le gusta jugar en el polvo y no le gusta bañarse, pero aveces huele muy feo y lo bañamos aunque no quiera, y entonces se pone feliz porque cuando lo secamos con la toalla el cree que lo estamos acariciando y entonces se pone contento, porque además ya sabe que si huele bien, lo queremos acariciar mucho y jugar mucho con él, no como cuando huele mal que siempre lo mandamos a su lugar.


Max es un perro viejo, y sabio, él sabe siempre quien está mal en la casa, si alguien está enfermo o triste Max se pone junto a él, y en la noche se duerme lo más cerca que se pueda, porque es un perro acompañador que ya nos conoce a todos en esta familia y nos quiere cuidar, porque nos quiere, nosotros también lo queremos y por eso lo cuidamos mucho aunque esté enfermo, porque ya es viejo y está enfermo y todos lo cuidamos, hasta Liz que un día nos ayudó a llevarlo al veterinario, porque a Liz también la quiere.


El favorito de todos de mi perro es mi papá, pero creo que lo quiere más porque lo ve poco, cuando mi papá viene a verlo Max es el perro más feliz del mundo porque lo quiere mucho y cuando era chiquito vivía aquí con nosotros, pero ya no vive con nosotros y a Max le duele mucho eso porque lo quiere, aunque todos dicen que yo soy el favorito de mi perro, que cuando yo no estoy parece que se va a morir y que cuando llego es como si de repente fuera un cachorro de nuevo y a mi me gusta ser el favorito de mi perro porque él es mi favorito.


Max es un buen perro y la gente de por mi casa lo quiere mucho, no sólo en esta casa, sino que todos por aquí lo conocen y lo quieren porque es buen perro y es noble y cuida a todos y es feliz como cosquillas en la panza.
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Espacio reservado

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¿Y cómo te explico lo que pienso y lo que siento si nunca hay tiempo para decir nada? En las tardes cuando no estás, cuando te vas feliz a explorar el mundo, y mis palabras no te alcanzan o en las noches que estoy contigo y en las que estoy sin ti, mientras yo me guardo los secretos no porque quiera sino porque no existe el momento de expresarlo.
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Tú no me conoces, porque no hay tiempo de conocernos, no me conoces porque no te das tiempo de conocerme, crees que no sabes nada de mi porque no digo nada, sin pensar que tampoco te detienes a escuchar lo que en mensajes cifrados te grito,
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Al final, yo termino sintiendo que no quepo en tu vida, no hay un lugar apartado con mi nombre y eso me da en la madre.
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domingo, 14 de diciembre de 2008

inoportunidades



soltar palabras al aire


descubrir un secreto que impregna lo adivinable


retorcer la carta del efimero encuentro


parlotear con las aves sobre el destino de las nubes


acosar el sentimieto perene


transgredir la metafora de la facilidad


interceptar el colofon de las cosas sencillas


otorgar ilución a los niños de hueso


vendecir las amalgamas de una boca suave


obedecer en la genealogía de lo inexistente


expresar lo contable de una econompia caduca


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todas fraces inexpresivas de un cerebro incongruente a las dos de la mañana que sólo tenían la necesidad de decir algo...

sábado, 15 de noviembre de 2008

Siete minutos de extasis


Cuando Ms. de St. Colombe le explica a Marin Marais lo que es la música, le da a entender que la música es aquello con lo cual el hombre atraviesa el umbral de lo posible, aquello que le permite ir más allá de la experiencia física. La música es la herramienta que tiene el ser humano para expresar aquello que no se puede decir sólo con palabras.
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Le Badinage es un pieza exquisita, una melodía que recorre los sentidos y nos absorbe entre holocaustos metafísicos. Marin Marais nos transporta con su viola de gamba a un universo de sonidos intempestuosos, cada paso de su arco sobre las cuerdas inunda de significados el entorno. La experiencia es indescriptible; el ambiente se impregna de sensaciones indescifrables mientras los tiempos marcan la sutileza de una emoción que florece entre sentimientos sublimes.
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Las notas fluyen entre el amor, el deseo y la pasión. El artista propone a cada lapso un movimiento que seduce el alma. La pieza fue criticada en su tiempo por lo explícito de su contenido, un himno a la sensualidad que seguramente escribe pensando en Madeleine hija de St. Colombe.
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Cada que escucho esta melodía mi ser se inunda de sensaciones extremas, siento cosas que no sabía que se podían sentir, llego al límite de la sensibilidad (se que acabo de usar muchísimas veces la palabra sentir, sensación, sensibilidad; pero no encuentro otra forma de expresarme), el corazón me palpita a una velocidad que sofoca, la piel se me eriza, la adrenalina me recorre el cuerpo una, dos, tres veces... Podría escribir toda la noche y ni así lograría expresar lo que estas notas me hacen, por eso lo escribí al principio, "La música es la herramienta que tiene el ser humano para expresar aquello que no se puede decir sólo con palabras".
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Esta pieza expresa el amor escondido entre las sabanas, la sexualidad pura, la sincera, la verdadera, la real; y las expresa con tal intensidad, que uno se traslada durante siete minutos de éxtasis.

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miércoles, 12 de noviembre de 2008

El camino de vuelta

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Estoy de vuelta, emotivamente incompleto y paradigmáticamente igual que como me fui (ni tan paradigmático, era completamente predecible que nada cambiaría). Lo cierto es que este blog tal vez nunca vuelva a ser lo que fue y yo... soy el mismo y no el mismo.

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La exégesis de nuestro encuentro se diluye entre azul y carmesí. Al final no existe interpretación correcta, sólo lapsos si bemol.

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(Se diluye, siempre se diluye y seguirá así hasta que termine por terminar. Lo que nunca comenzó pero que yo no terminé, hoy lo termino, agoto mi agotado pensamiento que remite a ti con constantes intermitencias de momentos tormentosos, no estoy cansado, estoy eximio de ilusión, exorcizado de ti, sí de ti, tú sabes que me refiero a ti, que en el ocaso de mi delirio te delato a ti misma, sin que los terceros se enteren a que me refiero, tú que estas leyendo esto o que tal vez nunca lo leas, sabes que eres tú el personaje impersonal de mis estancias, que me acuso de obsesiones fatalistas desenfundadas, hoy te tomo distancia, más de la físicamente existente, para liberarme de carencias infecundas, para renacer en el crepúsculo del hedonismo del que me he vuelto protagónico).

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Hoy no me olvido de ti, pero lo pretendo, ahogarme en la sintaxis del silencio, escribir en invisibles para tornar un futuro inoportuno, casi ambiguo. Las historias cursis son para los libros y los cuentos, la realidad es infinitamente más vulgar, un juego masoquista donde el autor permea el ambiente de indescifrables turbulencias mortecinas. Hoy no estás y no estarás mañana y paulatinamente la relatividad nos conducirá ineludiblemente al olvido, un olvido que me devolverá la mentira de una vida satisfecha, de un colapso delicioso, pero sobre todo de un descanso que buscaba en situaciones inexistentes e irrepetibles y que llegará en la amnesia de tu encuentro fortuito.

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Lo más triste de todo, es que hoy decidí desengañarme para engañarme, divagar en un movimiento cartesiano y fingir que ya no estas (aunque es verdad que no estás), para aplicarme una lobotomía propia y consiente. Tú serás feliz a medias y yo seré medio feliz, si la rigurosidad del vocablo lo permite, pero ambos siempre con ese hueco en el apriori de una substancia faltante, de una esencia incompleta.

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Yo no sabré que me falta, pero tu sentirás esa ausencia tous les matins du monde...

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Así regreso del retablo inconcluso de un intento fallido, para comerme con pan las penas que dicen ser dulzonas, aunque el café de las mañanas sea siempre obscuro y amargo; de vuelta a este mundo de locos donde el caos es dueño de las acciones y no hay en principio, principio necesario.

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martes, 14 de octubre de 2008

Disculpe las molestias...


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Disculpe las molestias, este blog será deshabilitado temporalmente...
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sábado, 20 de septiembre de 2008

Hasta donde el destino llegue


Julio Urtázar era un niño de 7 años, un niño flaco y asustadizo que además de flaco y asustadizo, tenía asma y le daban miedo los payasos; que se enfermaba casi todos los domingos, que comía alimentos sin conservadores y era alérgico al polvo. Julio Urtazar o "Julito" como lo llamaban en su casa recibió a los 9 años una bicicleta un poco vieja que había pertenecido a su abuelo. A los 12 años, en sexto de primaria, Julito intercambió su no tan flamante bicicleta con su no tan amigo Carlos Rodríguez por una caja de herramientas llena de canicas. A los 15 intercambió de nuevo su caja de herramientas llena de canicas por una caja de revistas pornográficas de baja calidad con un niño gordo que vivía en su vecindario... nunca las vio. A los 17 subastó las revistas pornográficas de baja calidad entre sus amigos de la preparatoria... obtuvo un six de cerveza indio y $350 que juró nunca gastar en memoria de su abuelo. A los 19 años gastó sus $350 para comprar un televisor blanco y negro de 17 pulgadas que no servía. A los 21 años el televisor blanco y negro de 17 pulgadas que no servía cambió extrañamente de dueño y no logro entender cómo; esta vez Julio (ya no Julito) obtuvo a cambio los rines oxidados de un mustang 68, auto que había comprado en el deshuesadero semanas antes y que carecía de rines. Dispuesto a abandonar la tarea del trueque, Julio nunca intercambió aquellos rines; pero el destino manifiesto del cambalache se hizo presente aquel sábado de abril cuando le robaron el mustang afuera de la cafetería San Fernando, Julio tenía 23 años y lo único que logró rescatar, fue una burlesca nota de los ladrones que versaba así "gracias por todo" y que guardó durante mucho tiempo en su cartera. A los 25 años, cuando Julio terminó dolorosamente su relación de cuatro años con Samantha Garnica no sabía cómo despedirse de ella, así que sacó la pequeña nota de su cartera y se la dio "gracias por todo" ella a su vez, le entregó su collar de perlas falsas para que nunca la olvidara. A los 27 años, Julio se vería forzado a abandonar el país por asuntos políticos, tomaría un tren en la estación Buenavista que lo llevaría durante las siguientes 28 horas rumbo al sur; en el transcurso conocería a una mujer no muy guapa ni muy inteligente, con la que tendría un encuentro oportuno en el vagón comedor la única noche que estuvieron juntos; al final de la velada Julio le entregaría el collar de perlas falsas a cambio de un beso en los labios.

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A los 28 años, Julio ya no era ni flaco ni asustadizo, había logrado controlar el asma, enfermaba poco y comía de todo; ahora era un tipo de cuidado, fuerte, con carácter. No me atrevería a pensar qué hubiera sido de Julio sin aquella bicicleta, pero él sí. Momentos después de bajarse aquel día del tren se dio cuenta que estaba enamorado de la chica del vagón comedor y que después de la larga travesía de intercambios, ahora se quedaba sin nada (o con nada para no cometer un error sistemático), que aquel beso lo había perdido cuando el ferrocarril del sur continuó su viaje... quince minutos después, y sin pensarlo mucho, llegó a la taquilla; compró un boleto para el siguiente transur que llegaría a la mañana siguiente: ahora ya nada importaba, tenía que recuperar aquel beso a como diera lugar.

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sábado, 13 de septiembre de 2008

La ciudad es de cartón y la gente es de gis


La ciudad es de cartón y la gente es de gis. Las calles se transitan, mal transitadas, mal recorridas; porque los señalamientos de cal se confunden y uno va para allá, pensando que va para allá, y no va más porque no hay a donde ir, porque uno no va realmente para allá, viene de allá y se va y se viene. La ciudad es de cartón y la gente es de gis, y las maquetas son de piedra y cristal, y la gente de las maquetas de carne y hueso; pero no la gente real, esa es de gis y vive en casas de cartón, en edificios de cartón con vidas de cartón. La ciudad que es de cartón debería ser de piedra y de cristal, cómo en las maquetas donde la gente que no es de gis vive de verdad, de verdad y feliz. La gente de gis no es nítida, se difumina entre otras gentes de gis, y los enamorados de gis no se besan, sólo intercambian polvo, polvo y algo que se parece al amor pero no es amor, que es un no-amor dibujado, porque se dibujan como se quieren ver y no como son. Yo no quiero ser de gis y vivir en una casa de cartón, por eso he abandonado esa manía loca de calcio, me gusta más el papel y la tinta; porque los escritores y los libre pensadores de la ciudad de cartón usan papel y tinta, papel blanco que se mancha y tinta que no se borra, y se parece más a la vida real que no es real pero que es real en la fantasía del tintero y de la pluma. Los escritores y los libre pensadores que usan papel y tinta son de gis, pero sus manos son de carne y hueso, algo tendrán de felices esos sujetos, felices como la gente de las maquetas que son felices o que creemos que son felices. Mis manos que son de gis como que se quieren deformar, como que se quieren hacer de carne y hueso; algo de verdadero hay en eso, pues me están saliendo uñas, uñas que en lugar de mugre tienen gis, pero que ya son uñas. La ciudad que es de cartón está pintada con acuarelas, para que la gente de gis no se sienta triste, para creer falsamente que son felices con sus vidas de cartón.

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La ciudad es de cartón y la gente es de gis, y el cielo llueve y lo revuelca todo y se destruye la ciudad de cartón mientras la gente de gis, se diluye entre los colores de las acuarelas y se van por la coladera.

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domingo, 31 de agosto de 2008

En mi ausencia


¿Qué es tu vida cuando yo no estoy ahí? Me intriga y me da vueltas en la cabeza los instantes que no soy parte de ti y para rescatarme de ese trance que me ahoga, te imagino sonriéndole a la luna, contándole un cuento a las estrellas, bailando en los confines del mundo.


Te imagino como eras, como serás, pero nunca como eres; no tengo esa aproximación exacta, y te invento en el camión, camino a tu casa, imaginativa, te imagino imaginando y te imagino soñando, recuerdo la particularidad de tu rostro cuando te amanecen los domingos y me invento mis domingos contigo, para no soltarte en el simple recuerdo, y de recuerdos los muchos, o los pocos, te recuerdo hablando dormida y te imagino de nuevo si me dices en sueños que me extrañas y es lunes, y de lunes no te extraño porque estás, estás como el domingo en la mañana que estabas y no estabas, que te fuiste o que me fui y que ahora sólo pienso que nos fuimos, y no estás más, pero estás en mi ausencia.

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Últimamente pienso mucho en ti, sin intermitencias, con nostalgia, con cansancio, sintáctica mente; me revoloteas la cabeza y te anidas, y yo no te espanto, a veces te espanto y regresas, y me gasto las horas en la memoria y en la fantasía, en la realidad y en mi creación tuya, la tú que no eres tú, pero que eres tú en mi cabeza, y te reinvento para no extrañar, sin darme cuanta que al final, te extraño de más, te extraño extra, y sin prisa te disuelves, te diluyes, y te olvido; pero sólo unos instantes, porque regresas, y nunca te vas definitivamente o definitoria.

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...me gusta pensar que piensas en mi en mi ausencia; porque yo pienso en ti en mi ausencia.
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martes, 29 de julio de 2008

hoy necesito...

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antes del próximo 4 de Agosto tengo que mandar una carta a Francia...
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sábado, 28 de junio de 2008

ruco yo...


Hace unos días (muy pocos en realidad) iba por la calle caminando y platicando con un amigo, uno muy bueno, de los mejores diría yo, Alan, lo conozco desde los 4 años, y desde los 4 años somos amigos. Bueno resulta que mientras caminábamos, por alguna extraña razón que implica a Alizée (si, esa Alizée) llegamos a tocar el tema de el próximo concierto de los Cadillacs en el Foro Sol el 5 de Noviembre, ¿qué tiene esto de fantástico? nada realmente; pero Alan dejó escapar una frase que despertó una conversación digna de ser mencionada en este blog (seguramente por su irrelevancia).



él: - mmm... es algo así como el reencuentro de los Cadillacs no - (frase efímera soltada al aire sin sentido alguno)



yo: - pues ya ves que este último año ha sido como el año de los reencuentros wey, Héroes, Soda y ahora Cadillacs - (respuesta efímera soltada al aire sin sentido alguno)



(unos segundos después...)



yo: - no mames, si los grupos que escuchábamos en la pubertad están en la etapa de los reencuentros es que ya estamos rucos wey - (frase llena de significado, soltada con un aire sepulcral, cierta melancolía y un dejo de tristeza)



(risas...)

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En aquél momento nos cagamos de risa; pero lo cierto es que es verdad, uno se vuelve ruco, hoy por ejemplo Rodrigo (un niño que siempre me pregunta qué música me gusta) me dio a entender, que la música que escucho está para el culo (la verdad es que la música que él escucha es la que está para el culo; pero...) y es que ya no falta mucho para que los niños comiencen a escuchar la música de mis tiempos como yo escuchaba a los Beatles o a los Doors, que siempre pensé, era música de una era extraña muy lejana en el tiempo.



Que tiempos aquellos de los toquines en la magdalena de escuchar toda la noche a los Cadillacs y los Héroes y Caifanes, y tantos más...



(puta podría escribir muchísimas cosas más; pero esto tendría un mal desenlace en contra de las nuevas tendencias musicales y hay que preservar la paz; además neto que si me agarró la melancolía).

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Nota: Sí tú eres fan de Parchís o Timbiriche; no tienes por qué sentirte identificado con esta entrada; tú ya eres ruco nivel 2, eso quiere decir que ya estás muy ruco, yo sólo tengo 23 años.

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sábado, 14 de junio de 2008

Palabras

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Hay palabras geniales, estéticamente perfectas; palabras cargadas de sensaciones, palabras deliciosas. Apartadas del significado, logran por si mismas un conjunto de experiencias exquisitas, son un elixir literal. Palabras como guanábana te llenan la boca de sabor, no por su contenido epistémico, sino por su construcción gramatical. Para ejemplificar lo que quiero decir los invito a decir la palabra mencionada, digan guanábana, tomense su tiempo, díganla despacio, casi cómo si quisieran separarla por silabas gua-ná-ba-na; sientan como la lengua se atora entre el paladar y la garganta para instantes después expulsar con fuerza la "n", liberando sistemáticamente la "a", que es ya libre por sí misma, seguida de la "ba" que simula un beso más libre aun, y terminar con la nitidez de "na".


De estás palabras hay muchas, se encuentra también la graciosa "sandía", que exige una sonrisa para ser pronunciada correctamente, o la calculadora "cuatro" con su extravagande diptongo, las hay también aquellas que por su significado ofenden; pero que si prescindimos de éste, tenemos un banquete de sonidos oblicuos como "jodido" o "gargajo".


Uno se libera cuando lengüetea este tipo de palabras, son divertidas, son alegres, son suaves y fuertes, son delicadas y poderosas, son un manjar. Agreguemos a este banquete, palabras latinas (en latín) como "aqua" la cual es una de mis favoritas o "aliquod" que nos mantiene en la espera. Están también las palabras árabes como "alaha" y "zaragoza", además de la espectante "ojala" o la imponente "alfil".


Como no disfrutar del habla con este lenguaje gourmet, sin olvidar que "lengua" es otra de esas palabras delicatessen. No se puede prescindir de palabras salpicadas como "jiribilla" o "jicotillo" o algunas de uso cotidiano como "miscelánea" y "jacaranda".


Llevo con esta cuestión en la cabeza bastante tiempo; pero nunca se me había ocurrido escribir sobre ella, lo que si hice fue crear una base de datos con las palabras que más disfruto, y ya tengo una cantidad considerable. En principio, pondría una lista abreviada de éstas al final de esta entrada; pero no pude decidir cuales si y cuales no, no tuve el valor de discriminar "coqueta" frente a "albaricoque" así que se me ocurrió una mejor idea; que ustedes amables lectores, usuarios constantes de palabras, escriban una lista, larga o pequeña de las palabras que más disfruten, seguramente se divertirán y quien sabe, igual disfruten tanto como yo olvidarse un rato de la semántica para integrarse al club de filatelistas de palabras.

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martes, 10 de junio de 2008

(entre parentesis)


Últimamente he escrito poco, más bien nada (y además soy un fiasco porque siento que esto ya lo había escrito) ¿será que se apoderó de mi el silencio? tal vez si, tal vez no, y en el mundo de los tal vez (también siento que ya escribí esto antes) uno nunca sabe cuanto ni cuando, pero aquí estoy, con mis escasos párrafos, un poco inoportunos (eso si muy propio de mi, todo inoportuno), con mis efímeros pensamientos (y ni eso, porque no se me ocurre que más escribiré después de la siguiente palabra).


Tengo un blog nuevo, que también está esperando que escriba algo en él (tiene como 3 ó 4 meses que lo abrí y ni una entrada) así que aquí estoy como cada vez que abro el blog, sin nada que contar, con mucho por escribir y la cabeza (como siempre) un poco hueca (por no decir que está más vacía que el cielo).


... (esos tres punto son una larga pausa de 5 minutos que gasté mirando cómo las hormigas transportan a un escarabajo) Existen pausas, unas más largas que otras (ni que lo digan yo tengo una pausa enorme que me drena la vida desde hace tiempo; pero mejor así, que se quede en pausa, vivo más tranquilo desde que logré dejarla en stop) y está no ha sido ni una ni la otra, simplemente ha sido, y pronto terminará (siempre digo lo mismo, ya ni yo me creo) ¿cómo lo se? sencillo, prometo venir aquí antes de que el siguiente fin de semana termine y escribir un par de textos (uno en cada uno de mis blogs) dignos de (el olvido) robarles algunos de minutos de su tiempo (que seguramente desperdiciarían), así que dense una vuelta por aquí el domingo, ya seguramente habré escrito (o al menos lo habré intentado) algo interesante (no como hoy).



Vuelvan pronto (peor final no me pude encontrar, soy un fraude).

domingo, 11 de mayo de 2008

¡Salsa!


Vamos a la Habana mujer. Baila conmigo que traigo candela. Sácale brillo a la pista, pues esta noche me voy a dejar el alma en el dancing rrrrriiiiiiaaaaa...
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Y que suene la trompeta y el bongó, rico mamita que sude que sude; porque el que no suda no baila. Ven, ven conmigo que está caliente el ambiente, y muévete muévete ya. !Sabroso¡


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Ven baby dejate llevar. Me come, me come la salsa que es la libertad. No tengas miedo negrita mía, no tengas miedo que tienes esa piel que mata, esa piel color de pimienta y canela, ven y ponle sazón a mi locura, dale sabor a mi pasión.


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No me digas que no, tú ven aquí conmigo y déjate llevar, y cántame este son, muérdeme con esos labios picantes, labios de salsa, de mojito, de caña de azúcar, de Ron.
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Rico mamita muévete rico, que la noche es mulata; el cielo negro como el africano y la luna blanca como el español.


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miércoles, 23 de abril de 2008

Noche de prozac


La botella de Asti estaba vacía sobre la mesa del estudio. El cenicero, repleto de colillas aún humeaba por el último cigarro que había sido ansiosamente agregado a su contenido. Había también dos copas de vidrio medio llenas, una más que la otra, además de un libro de Proust que completaban la escena de perfecta armonía. Al otro lado de la estancia, en el escritorio, J lanzaba con furia la pluma fuente contra la taza de café que había dejado a medias por la mañana.

Marcela acababa de marcharse, había pedido un taxi de sitio después de la cena, se despidió seria, fría, tal vez molesta. Había estado distraída toda la noche, sin ese encanto de verano que la caracterizaba.
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Los platos aún estaban manchados con la salsa de la pasta, las velas apagadas permanecían en el cenador como la imagen triste de un evento memorable que quedó en el pasado. J se dispuso a recoger los testigos de la noche, guardó las velas, apagó el estéreo, lavó los platos y regresó al estudio donde la taza yacía rota en el suelo y el café derramado en la alfombra. Cuando se sentó, tenía la cara de fatiga, de incertidumbre, de desolación; sacó del cajón secreto un vistoso pastillero y tomó una de las cápsulas amarillas mientras se terminaba de un trago el contenido caliente de las copas; era noche de prozac. Sólo quedaba un cigarrillo en la cajetilla, lo tomó, lo golpeó contra la mesa siguiendo el viejo ritual, después sacó de sus pantalones un paquete de cerillos extraños, como aquellos que regalan en los hoteles; encendió uno y se quedó mirando la flama azul, pequeña, inofensiva; sin prisa acercó el fuego al cigarro y le dio una bocanada, sacó el humo lentamente, se quedó mirándolo también; las complejas figuras que se formaban siempre le habían parecido intrigantes.

Eran las 3:00 am y ni el cansancio, ni el Asti, ni el prozac habían logrado que conciliara el sueño; tenía en la cabeza a María, siempre a María. Llevaba meses dándole vueltas al asunto y podría seguir así durante años.
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Afuera comenzaba a llover, algunos relámpagos iluminaban esporádicamente el departamento, el cigarro a medio consumir se reuniría pronto con sus similares en el campo de batalla.
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En medio de los sofocantes pensamientos, un trueno hizo retumbar todas las ventanas del salón. De regreso a la realidad J tomó apresuradamente el abrigo del perchero y las llaves del buró: estaba nervioso; sin embargo al caminar por las calles obscuras, con aquellos faroles iluminando en lapsos la banqueta, se respiraba a su alrededor un cierto aire tranquilo, silencioso y pensativo.
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Su destino aún no lo conozco; tal vez María, tal vez Marcela, dejemos que el propio personaje lo descubra por sí sólo; démosle un poco de privacidad, ya habrá otro momento en que podamos preguntárselo (si es que no me olvido de él como claramente me he olvidado de su nombre).

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domingo, 6 de abril de 2008

breve descanso para escribir...


Entre mi regreso inoportuno, mis exámenes obsesivos (o mejor dicho obsesionados), mis tareas nocturnas, mis trabajos inexistentes, la falta de mis textos públicos (no publicados), y mi actuación "Tisbeana" se me acaba el tiempo. Pero hoy, en la efímera desesperación del estudio absurdo, abstracto o cualquier palabra con ab, me impongo un descanso obligado, no ya para comer, beber o gastarlo en insanos y superfluos acontecimientos vanos, no señores, no señoras, no señorita, no pequeñines... ¡no!



En este preciso momento en que la disonante campanada llama a los fieles a festejar las pascuas, ¡yo! en mi semiótica privada, me dispongo a otorgarles un minuto, tal vez más, de mi atropellado pensamiento, de mi futilidad incierta, de mi económica semántica, de estas manos que se desgarran con sus propias uñas por escribir párrafos necesarios con ideas contingentes y traerles a ustedes por la despreciable cantidad de nada, este inútil y nada apreciable mensaje de... (mmm... aún no sé de qué, esperemos que las líneas que están por venir, nos revelen el secreto).



Así pues con la venia, he de relatarles la cómica y dramática historia de Melquíades Alsacio Bernardino Robles de Sahagún y su triste paje "el tlacuache" que en la colonia (Guerrero) sortearon las calamidades más inverosímiles y sufrieron las más terribles y tortuosas situaciones; sólo para que yo, en mi faceta de narrador, les contase a ustedes, en su faceta de auditores, cada dato irrelevante de su helénica travesía.



Por lo pronto diseminaos (porque no se me ocurre nada) sin olvidar que hay verdades más verdaderas y entre ellas, yo les enuncio este humilde mensaje que se me ha revelado.



"El escritor no sólo tiene un estilo propio; en la literatura también hay tonos..."



Marchaos ahora; pero volved, volved pronto a este espacio inexistente de irrealidades y bytes, a este lugar a veces frío, a veces cálido en la desolada red de telaraña. Yo os prometo, que más tarde que temprano, escribiré nuevas odas a la resplandeciente mañana (que weba).







(Chin, ya no se cómo acabar este desmadre que hice, pero como me tengo que ir a estudiar, pues ahí le dejo.)

sábado, 22 de marzo de 2008

6:30 hora de regresar.




He vuelto descalzo, hambriento y cansado, justo como regresan aquellos que parten a viajes interminables en busca de tesoros falsos. ¿Mi recompensa? lo perdido, o mejor dicho lo encontrado, y si me pongo quisquilloso debería decir "lo re-encontrado" eso que al final, es siempre lo olvidado.


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¿Cómo me perdí? ¿Cómo lo olvide? lo he olvidado. Saber que hay algo perdido no es lo mismo que haberlo encontrado, y no siempre se encuentra lo que se perdió, aveces nisiquiera estamos concientes de la perdida.


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¿Qué perdí? ¿Qué encontré? mi tonal, mi psyche, mi alma. Tenía el espiritu marchito y no me habia percatado, me olvidé de lo importante; o mejor dicho, hice un movimiento nihilístico barato para poner como prioridad lo superficial.


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Me había convertido en el profeta de la mentira, mostrando un yo que no era un yo verdadero; un yo sintético, vacio, por eso no podía escribir. Cuando escribimos, dejamos plasmada nuestra identidad en los parrafos, en cada palabra se encuentra la esencia del escritor; pero yo no tenía identidad, o almenos no una cognosible, había olvidado quien era.


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Tuve miedo, no se como, no se por qué y no se a qué, pero lo tuve y me comió. Siempre he pensado que el miedo es el peor enemigo del ser humano y siempre crei que no le temía a nada; pero temo, y temo temer.


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Hoy comeré para saciar mi hambre, dormire para descansar; pero dejaré que mis pies sigan descalzos para no olvidar la tierra mojada y el suelo caliente. Beberé denuevo el café por su sabor y no por su significado, Sacaré del baúl los sueños de antaño, y jugaré de nuevo con los antiguos ideales, seré nuevo y seré viejo; pero sobre todo, seré verdadero, autentico.


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Lo único delicioso en esta travesía del perdido y el encontrado, son las lágrimas; uno se juega la vida en eso, se deja la sangre en relatar el utópico viaje de ida y el fatídico desenlace de la vuelta. Se necesita mucho valor para reconocer la equivocación; pero para cambiar, lo que hace falta es humildad.


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Creo que regresé...


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Quiero frutos prohibidos, quiero viajes inovidables, quiero sueños inalcanzables, quiero secretos inconfensables, quiero plantas exóticas, quiero disfrutar denuevo...


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miércoles, 19 de marzo de 2008

Dear friend:


México D.F. 19/03/08

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Querida amiga:

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No puedo escribir, me cuesta mucho trabajo y la verdad no sale nada. Al principio fue porque no quería; no quería escribir y aunque lo deseaba, me negaba a hacerlo; pero ahora no se que sea, por más que intento no puedo. Escribo cosas que al final no me gustan, vacias, carentes (¿de qué? no tengo idea, pero carentes) creo que es como decia Carmen, "aveces hace falta hacer flush".

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En fin, la semana pasada me dijiste que tal vez me hacia falta madurar en esto de la escritura, que tal vez por eso no me estaba gustando lo que escribía (o algo así), se supone que esta entrada debería ser un texto maduro, bueno, y que además te dieras cuenta que me habia acordado de ti; bueno, pues creo que sólo cumplí con la última parte (espero que hayas pasado interesantes días en Monterrey mi querida amiga), regreso el sabado, tal vez el aire me ayude a despertar y pueda escribir cuando regrese.

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Nos vemos pronto y no me olvides.

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Atte: Joaquin Urtazar

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...tal vez no tengo lo que se necesita.

miércoles, 13 de febrero de 2008

miércoles, 6 de febrero de 2008

yo soy..

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yo soy...
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filosofo post-moderno, escritor de ilusiones, soñador de la vida, amante del amor, apasionado de la luna, flaco pero de hueso duro, deportista de barrio, explorador del mundo, alquimista de sueños, caballero de leyenda, aprendiz de mago, cazador de estrellas, acosador de la verdad, amante da la naturaleza, bohemio de corazón, de trova tabaco y alcohol, viajero del tiempo, flojo pero trabajador, visionario de un mundo mejor, creyente de la bondad, sincero sin gracia, confiado hasta de la desconfianza, dulcero de diente picado, comelón de barriga llena, poeta de ratitos, músico desafinado, pintor sin tacto, dibujante de garabatos, mugroso pero con mucha higiene, lector de cartas, visionario del futuro, psicólogo de cabecera, profeta de situaciones, resuelve enigmas, responde preguntas, interesado en lo simple, reportero de lo sencillo, cumplidor de deseos, genio de lampara, observador de ojos, descubridor de la verdad, solitario por convicción y utópico de nacimiento....
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(este es un texto de hace mucho mucho tiempo que quise renacer, por alguna extraña razón de nombre Karolina)
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lunes, 28 de enero de 2008

prohibida...

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Me encanta que seas prohibida; que seas prohibida y que seamos prohibidos.


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Me encanta quererte a escondidas y a escondidas escribirte un poema secreto.


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Me encanta dejarte un mensaje imposible en la almohada; para que lo descubras cuando yo ya haya escapado y nadie se entere que estuve en tu cama.


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En resumen, me encanta verte cuando no puedo verte y que me extrañes cuando estoy escondido en el armario de los silencios; queriéndote a escondidas, en secreto, y en lo prohibido.


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lunes, 21 de enero de 2008

sin azucar, por favor...

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Un buen café debe ser negro como la noche, fuerte como la muerte y amargo como el amor...
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martes, 1 de enero de 2008