sábado, 18 de noviembre de 2006

breve reseña de un caballero andante andaluz...

soy un caballero de esos que ya no existen...

mi espada es de madera,
mi cota de malla es de corcholatas,
mi escudo es de cristal,
y mi corazón...
mi valor es infranqueable,
mi máxima es la bondad,
rescato princesas encerradas en castillos,
y mi voluntad...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

un guerrero de la vida, un armado que al pasar a su lado te hace sentir valiente... su peculiaridad no es la musculatura ni la altura si no que al verlo pasar,te das cuenta de que ni el ni el caballo en el que va montado voltearan a verte, que no regresara por ti... pero no te preocupes no te va olvvidar...

Imagíname dijo...

Un caballero...hace no mucho me llamaron así...y la verdad es de lo mejor que me ha pasado...ambos somos caballeros, distintos, pero caballeros al fin...no andamos tras chicas, solo buscamos estar con nuestra princesa, la que verdaderamente te hace ser un caballero. Muy buen post, y a lo que nos queda, seguir librando batallas.

Zoon Romanticón dijo...

"¡Debe haber un modo de salvarlos a todos!". No, no debe: lo hay. De facto.

Me consta.

Anónimo dijo...

Las batallas engrandencen al hombre y lo hacen madurar. Sólo así valoramos lo que realmente tenemos.

Anónimo dijo...

¿Cómo cabalga en un sueño irreal, bajo la carga del viejo metal?
¿Qué le hace hablar así?...¿Cómo es posible que quiera luchar dando su vida por un ideal? ¿Cómo no ve que este mundo es ruin?...

¿Y qué podría ver en mí?