Tengo una especie de adicción a ti, una adicción infundada, una adicción a tu presencia. Me provocas esa sensación de abstinencia profunda, de ese dentro que es in-identificable pero que está ahí. No me pidas que te lo explique porque no podría explicarlo, porque es ese tipo de cosas que no tienen fundamento y que se conocen por el simple hecho de experimentarse.
Soy adicto a ti, adicto a lo que provocas en mí, a lo que me haces ser. Soy adicto a tu acento, a tos ojos, a tu ausencia; soy adicto a tus palabras, a tus silencios, a lo que poco a poco vamos creando sin concretar nada… a nuestra complicidad.
La falta que me haces faltándome, la inexplicable ansiedad de la necesidad. "Una señorita en mi vida se ha vuelto indispensable”; y yo no tengo más que darte palabras con la profunda serenidad del absoluto.
.
Y ahora, te disuelves de esa forma extraña como el día que llegaste... silenciosamente.
.
.
.
9 comentarios:
La conmoción no es un sentimiento. Es un estado de vulnerabilidad ante la posibilidad de que la idea se vuelva verdad. Hasta una lágrima.
Me conmueves al grado de volver a anhelar un sentimiento. Los sentimientos. Un halo.
"y yo no tengo más que darte palabras con la profunda serenidad del absoluto."
Buffff, cuánta poesía hay en esa sóla oración, jesusín...
Un abrazo grande.
Gracias, Un abrazo grande mi Argentino amigo.
Fer que milagro, después de escapar de la ciudad sin un cafesín, me da gusto recibir tus comentarios.
uf..silenciosamente. No me hace gracia esa fotografía-.
... la rebelión de tus dedos sobre el teclado.
Que gusto, haz vuelto!
y tengo pensado quedarme...
" Cierta adicción a ti". Por mucho tiempo quise volver a leerlo; cuando lo busque nunca lo encontré, y ahora sin buscarlo, cuando menos lo esperaba, aquí está, con las palabras justas, con el sentimiento que recuerdo
Solo una cosa no recuerdo, y tampoco entiendo, ese último parrafo, es una despedida?
Publicar un comentario