sábado, 16 de diciembre de 2006

se me han escondido las palabras...



Ya no puedo escribir; no como antes. Se me esconden las palabras. ¿O sera acaso que te has llevado mis letras?, que entre esta nostalgia tan compleja y estos eternos cuentos de amor vacios; mis pensamientos han huido a esconderse del efimero sentimiento que ya no nos une. Y aunque mucho me esfuerzo; ya no surge el vocabulario tan lleno de emociones del que ayer me jactaba; ni aparecen entre sueños pequeñas chispas de inspiración; que traigan ahora a colación versos cargados de pasión como los del verano pasado.

Se me acabaron los sueños mujer... se me acabaron...

Desnutrida esta mi alma, de besos que le faltan a mis labios para saciar esta sed, esta abstinencia involuntaria de momentos maravilloso, de lunas espectrales, de días perfectos...

Y aqui estoy, vacio de la cabeza, insulso ante la realidad que me acontece, y pensando (o soñando) en una realidad inexistente de pluralidades indesifrables. Con un tatuaje de tu nombre en mis tobillos, con unas ganas de ti que solo en mis adentros acontece; por que expresarla no puedo. En secreto te tengo y mi tiempo transcurre... inerte, callado; con sus tres palabras escondidas, con sus noches congeladas por este invierno seco, seco de brebajes, de pociones, de charquitos salpicantes.

Hoy escribo y no escribo; por que estoy como muerto, con las manos ensangrentadas de ostentosa sangre purpura, con los ojos enrojesidos de fijar mi mirada, tu mirada en el horizonte del ocaso... de occidente. Mi cabeza punzante al ritmo del latido que tu as escuchado en septiembre, como retumbar de djembes africanos. Con el corazon partido y el alma desgarrada, y las noches sagradas que un dia sucedieron y no existen mas, pareces averlas olvidado. ¿Por qué me sorprende? si todo lo olvidas, y yo que todo recuerdo, me atormento con la vición del pasado que me quedo inconcluso, "te debo el tiempo perdido, me debes lo que falto". Y entre mi desesperación y tu silencio; se me han agotado los placeres y los cuentos. Se me han escocndido las palabras en un lugar lejano al noroeste del país...

5 comentarios:

Emilia Kiehnle dijo...

La gran paradoja: escribir que no puedes escribir; expresar lo inexpresable.

En realidad, es algo que no se limita a una actividad lúdica o a un simple "hobby". Forma parte de nosotros mismos y respira con nuestro mismo ser. Un día sin escribir una sola línea (por lo menos en nuestra mente) es algo intolerable e inaceptable. Conocemos el mundo a través de las palabras, reconociéndolas entre los colores, olores y sabores de nuestro entorno. A veces tienen diferentes matices e incluso gustan de esconderse y escapar de nuestra memoria, pero siempre están ahí para quien tenga la paciencia de encontrarlas.

Por eso hay que escribir siempre, incluso cuando no se encuentran las palabras para hacerlo.

Destination dijo...

Si para ustedes, "jóvenes" escritores no conocidos, es tener "un bloqueo de escritor",...la verdad es que mis respetos, yo quisiera tenerlo!!!

Anónimo dijo...

totalmente; muy hofmannsthal

Anónimo dijo...

TE DEBO EL TIEMPO PERDIDO, ME DEBES LO QUE FALTO.....ME GUSTA NIÑO WOW FUE UNA MUY GRATA SORPRESA LEER TU BLOG DE VDD ERES TALENTOSO....GRACIAS POR ESCRIBIR AUN CUANDO NO HAY PALABRAS....Y CREEME QUE ME DEJAS MUCHO CON LO QUE ESCRIBES....Y BASTANTES MOMENTOS DE REFLEXION...GRACIAS....Y SI, LO MEJOR LLEGA CUANDO MENOS LO ESPERAS YA LO CREIA AHORA LO CONFIRMO....

Limonada 24 dijo...

me sumergí un rato a los ayeres, cuando nacimos (en la mente del otro). Me encuentro aquí leyéndote y leyéndome entre líneas. Paso los años con los ojos y los dedos y todavía nos encuentro. Te sigo debiendo tiempo, me sigues debiendo distancias o historias, no se. Pero es la eterna deuda la que nos mantiene aquí, existiendo entre líneas.
Condenados estamos, ¿eternamente? La eternidad fácilmente podría delimitarla a 5 años.
Te quiero siempre. Te quiero todo.